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Un Gendarme con una Visión Global

El Comandante General retirado, Gerardo Chaumont, es un Oficial Superior de la Gendarmería Nacional Argentina con un perfil muy particular. Transitó destinos en las provincias de Formosa, Córdoba, Neuquén, Río Negro, Corrientes, además de ocupar cargos en los Centros de Formación de la Fuerza. Es, además, el único Gendarme argentino que, en reiteradas oportunidades, fue Comisionado de Policía de Naciones Unidas en distintas Misiones alrededor del mundo.

Oficial de Estado Mayor, cursó estudios complementarios en Estados Unidos y Francia. Fue Subdirector Nacional de la Fuerza hasta el mes de noviembre del año 2004 y estuvo a cargo de los Gendarmes, que en el año 2003 recuperaron el control del duro barrio bonaerense conocido como “Fuerte Apache”. Tras su retiro, comenzó a trabajar en las Naciones Unidas, desempeñándose como Comisionado de Policía en países tales como República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Chad, República Centroafricana y Haití, en dos oportunidades.

Uno de sus mayores desafíos fue en el año 2010, cuando en ocasión del terremoto en Haití, fue designado como Jefe de la Policía Civil de Naciones Unidas en Haití, comandando a más de 2.000 Cascos Azules de distintos países del mundo. Licenciado en Psicología y con amplio dominio de los idiomas francés e inglés, tras el cumplimiento de su misión regresó al país y asumió como Secretario de Seguridad de la provincia de Santa Fe, su primer cargo público en el país. Referente en distintos temas específicos de seguridad nacional como en el exterior, desde Informe de Patrulla le hemos requerido algunos conceptos que resultan de interés sobre tres temas fundamentales: la Seguridad Pública en sectores con una problemática social complicada; las Misiones de Paz y la participación de la Gendarmería Nacional Argentina y el rol actual de la Fuerza en esos contextos.

Agradecemos su tiempo y predisposición para responder estas inquietudes y compartimos con nuestros lectores sus valiosos conceptos que se transcriben a continuación:

Estimado Señor:

Quiero ante todo agradecerle que haya considerado que mis opiniones puedan ser pertinentes en los tres aspectos sobre los que me requiere: la seguridad genéricamente hablando, la influencia que tuvo para la Gendarmería su inserción en las Fuerzas de Paz y su accionar especifico en el barrio conocido popularmente como Fuerte Apache.

En relación a la seguridad:

El tema de la seguridad refleja hoy en día, una de las principales preocupaciones de la comunidad que ha visto la degradación de la misma con el correr del tiempo. A pesar de los distintos y reiterados intentos de los diversos gobiernos para fortalecer la misma, ellos se han visto minimizados en sus resultados por atender una sola parte del problema: el accionar policial. Siempre he sostenido que la seguridad excede el marco del accionar de las Fuerzas de Seguridad. Es, en realidad, un fenómeno muy complejo que necesita de la articulación de varias y diferentes competencias.

Cuando una sociedad destruye sus valores y referencias, no hay policía que por sí sola, pueda remediarlos. Hemos visto, el deterioro progresivo de un sistema educativo que fuera modelo en el mundo. Maestros y Profesores, mal pagos, con sobrecargas horarias, deben hacerse cargo, en soledad, de la trasmisión de valores y principios, que tiempo atrás era potestad principal de los padres. Todo ello se inserta en un marco económico, donde reiteradamente, el Estado substituye el trabajo digno y genuino con un asistencialismo crónico.

Sumemos a ello un sistema judicial colapsado e ineficiente que permite en muchos casos la laxitud en la aplicación de la ley. Una ley que cuando es aplicada, remite eventualmente a un sistema penitenciario obsoleto que nada tiene que ver, muy por el contrario, con el ideal de recuperación del delincuente. A título anecdótico, recordemos que ya 700 años AC, Hesíodo, poeta anterior a Homero, explicitaba que no podía haber desarrollo personal y social exitoso, sin trabajo ni Justicia. Se olvida, además, que las Fuerzas de Seguridad, provienen de esa sociedad lastimada que pretende de ellas comportamientos ejemplares, cuando incluso, a veces, desde las esferas gubernamentales y políticas no se perciben señales claras de los mismos.

Una sociedad colapsada que declama, por un lado, la prosecución de valores como igualdad, bienestar y progreso, y por el otro sufre con la corrupción, la desigualdad económica, las componendas y los logros del amiguismo. La situación se complica aún más, cuando en la ecuación se mezclan también los intereses políticos. Muchas veces se publicita y se concreta el aumento de efectivos de una Fuerza, atendiendo a un reclamo público. Sin embargo, por lo general, esto se lleva a cabo de manera abrupta, debilitando los criterios de selección y reduciendo los tiempos de capacitación. Ello da por resultado, un funcionario escasamente motivado e instruido, que de poco sirve al a la sociedad que se supone debe proteger. Como agregado muchas veces es desplegado atendiendo a intereses sectoriales y no a necesidades reales.

Asistimos entonces a los llamados planes de seguridad que consisten principalmente en reequipamiento, redistribución de fuerzas, confección de mapas del delito, etc., todo ello necesario para potenciar la capacidad del accionar de una Fuerza de Seguridad, pero que, en definitiva, no integra y olvida los otros componentes del problema. En este contexto, pretender que la actividad policial sea la única responsable de la seguridad es una utopía.

Gendarmería Nacional en la actualidad

Focalizándonos específicamente en la Gendarmería, que ha adquirido una mayor visibilidad a consecuencia de su aceptación ciudadana, recuerdo que hace ya varios años, un sondeo popular la ubicaba comparativamente con otras instituciones, en un primer lugar, valoración que se mantiene a la fecha. Sin pretender profundizar las causas de esta ponderación institucional, creo que la misma proviene fundamentalmente de tres factores: la Selección de su Personal, el Sistema Educativo que lo capacita y la Disciplina de sus cuadros. Obviamente cada uno de ellos merecería una consideración y desarrollo particular.

Me pregunta Ud, además, acerca de mi parecer sobre hechos puntuales, tales como la de nuestra inserción en Naciones Unidas y la actuación de la Fuerza en el Barrio Ejercito de los Andes, (Fuerte Apache) y le agrego lo siguiente:

Con respecto a las Misiones de Paz:

Al respecto y a mi juicio, la participación activa y sostenida de la Gendarmería Nacional Argentina en las Misiones de Paz, constituyó un plus muy importante para la Fuerza. Permitió a una gran cantidad de sus integrantes, no sólo, el aprendizaje de lenguas extranjeras sino la internalización de criterios de actuación, propiciados en consonancia con la Doctrina de Derechos Humanos de la ONU. Cada integrante, además, pudo comparar su valía personal y profesional, con homólogos de distintas nacionalidades, reconociendo debilidades y fortalezas. Obviamente, estas Misiones se desarrollaban, en situaciones de extrema dificultad, ya sea por el entorno geográfico o el marco social.

Estas experiencias retroalimentaron el funcionamiento de un Centro de Formación y Capacitación que forma a su vez nuevos integrantes los que son ampliamente valorados y solicitados, por la Organización internacional. Demás está decir y respondiendo a su otro interrogante, que muchos de estos efectivos, ex Cascos Azules, participaron en la operación de Fuerte Apache y aplicaron allí los mismos criterios internacionales de trabajo.

Barrio Ejercito de los Andes:

La intervención en dicho Barrio, fue una decisión política del entonces Ministro de Seguridad, Gustavo Béliz, coordinada por el entonces Secretario de Seguridad, Dr. Norberto Quantin y el Dr. José María Campagnoli. Para esta nueva misión, no sólo se innovaron procedimientos operacionales, sino que se utilizaron experiencias previas de la Fuerza. Por ejemplo, años antes, en la ciudad de Resistencia, Chaco, por orden de la Justicia Federal, la Gendarmería Nacional Argentina tuvo que enfrentar la ocupación ilegal de varias hectáreas de tierra, realizada por cientos de personas. En esa oportunidad, se decidió implicar una gran cantidad de personal para controlar todos los ingresos al predio en cuestión. Asimismo, se desalentó el tendido de red eléctrica y agua. Naturalmente, en estas condiciones la ocupación resultó insostenible y en pocos días, el predio se fue desocupando sin necesidad de acción operativa alguna.

En el Barrio Ejercito de los Andes, a este principio de control de ingresos y egresos, al que se consideró esencial, se sumaron otras estrategias como el reconocimiento previo del barrio, la planificación de un sistema de patrullaje diurno y principalmente nocturno, puestos fijos de controles internos y un sistema de comunicaciones y relevos. Se estimó, sin embargo, que estas acciones pronto encontrarían sus límites de no ser complementadas con otras medidas de apoyo directo a los habitantes del lugar.

Se decidió entonces, solicitar la colaboración de la Dirección Nacional de Migraciones y del Registro Nacional de las Personas, a fin de regularizar la situación migratoria de muchos de los lugareños y niños. Se solicitó y logró también que las autoridades municipales reforzaran el servicio de recolección de residuos y la ampliación y mantenimiento del alumbrado público. Paralelamente, se Instalaron en forma regular puestos Sanitarios, atendidos por médicos y odontólogos de la Fuerza.

La permanente interacción con los referentes del barrio, vecinos, maestros, policías, sacerdotes, así como el intercambio de opiniones sobre la manera de mejorar lo que se estaba haciendo, permitió el consenso y aceptación. El clima que se fue logrando, también se potenció con la organización de competencias deportivas en las que el Personal participaba activamente. Recuerdo también con un dejo de decepción, como el equipo de fútbol de los Gendarmes solía perder sus encuentros con los jóvenes del lugar.

En definitiva, la nueva situación creada permitió que el entonces Secretario de Seguridad, Dr. Norberto Quantin manifestara que Fuerte Apache era el Barrio más seguro, con índice de delito cero. Cuando se planteó la posibilidad del repliegue de la Fuerza, se elevaron encendidas protestas de los habitantes del lugar, quienes temían perder la tranquilidad obtenida. Esta es una breve síntesis que ha querido dar respuesta a sus tres principales preguntas. Soy consciente que mis consideraciones son muy acotadas, pero he tratado de sintetizar en aras a la paciencia de sus lectores.

Quedo como siempre a su disposición.

Atentamente

Gerardo Chaumont

Comandante General ( R )

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