El sur no queda tan lejos…
Mientras el calor estival invita a estar calmos, duelen los graves incendios forestales que hoy tienen lugar en Chile y en nuestra Patagonia. En Chile, el desastre es mayúsculo, con pérdidas cuantiosas y muy lamentables. Escuchar las cifras y los pronósticos conmueve. En este momento grave, un abrazo a los chilenos. En nuestro sur, ocurren, por ejemplo, en el Parque Nacional “Los Alerces”, ámbito casi virgen, valioso e irremplazable que alberga especies vegetales y animales que son un tesoro para la humanidad.
El alerzal milenario es único. Allí está el alerce abuelo, de 2600 años, símbolo de una especie noble que con su majestuosidad embellece la vida, mientras nos ofrece oxígeno, sombra, silencio y paz, en un planeta cada vez más comprometido en su salud general. Allí viven numerosas especies de animales silvestres, aves e insectos. En estos días trágicos muchos escapan hacia otros terrenos, pero los más pequeños son lentos, y no llegan lejos. Pensar en todo eso es muy doloroso.
Mientras pienso, viajo al pasado, a un caluroso verano en que siendo Alférez me tocó conducir a gendarmes de la Sección “Carrenleufú” y a otros 14 llegados desde Esquel, para ayudar a apagar un incendio de bosques. En nuestro edificio, por las noches aquí y allá se desplegaban bolsas de dormir, y antes de las 6 ya se tomaba mate y se hablaba poco, para subir rápido a los caballos y a los camiones Unimog 4 x 4, cargados con tambores, mangueras de incendio, motosierras, mochilas de agua, grupos electrógenos y comida, para ir, a campo traviesa, hacia los focos que crecían durante el día.
Junto a los brigadistas y bomberos de Chubut, Santa Cruz y Córdoba, estuvimos 25 días abriendo cortafuegos y atacando las llamas que en amplios frentes devoraba la naturaleza en medio de un crepitar inquietante. Desde allí, el Unimog regresaba con camas y enseres de solitarios puesteros de campo que vivían en la montaña. Recuerdo al Sargento Alberto Luffi que, de civil, había llegado para visitar a sus antiguos camaradas y que, al iniciarse el fuego, pidió ropa de fajina y con una pala se trepó al Unimog para ayudar antes que el fuego se expandiera más.
La provincia contrató un avión cisterna que cargaba agua a 25 kmt, y la arrojaba sobre las llamas. La GN envió un helicóptero “Lama”, piloteado por el entonces 2do Cte González, que trasladaba equipos y personal a zonas de difícil acceso, y entonces, desde el cielo pude ver la magnitud del desastre que afectaba a la madre naturaleza: en medio de los bosques de lengas, ñires, retamos, etc, una enorme mancha negra señalaba el espacio ya sin vida, producto de la acción del fuego abrazador.
Para que se inicie un incendio forestal hacen falta condiciones ambientales coincidentes: sequía, altas temperaturas y viento, a lo que suele sumarse la acción del hombre. Lo mismo que aquellos que matan animales silvestres por diversión, muchas veces estos incendios son producto de inescrupulosos que no miden sus actos, y que provocan un daño gravísimo a especias que tardan muchos años en recuperarse, a la vez que se arriesgan vidas humanas y se producen tremendos gastos al Estado.
En el PN “Los Alerces”, declarado “Patrimonio Mundial” por la Unesco, hoy luchan 400 brigadistas. Se han perdido casi 4.000 hectáreas. No alcanzan los medios aéreos (a veces condicionados por el viento), los cortafuegos, los helibaldes, los drones, las herramientas manuales, etc. Todo es muy difícil. Por eso la toma de conciencia para evitarlos es básica. Mucho ayudaría el cumplir lo que dicen los carteles existentes en los PN “PROHIBIDO ENCENDER FUEGO”.
Por ello, mi reconocimiento a los Guardaparques que, además de cuidar nuestro patrimonio natural, cumplen una tarea docente valiosa. Mi gratitud para los brigadistas y bomberos que a veces afrontan una lucha desigual contra el fuego, que avanza como el agua lo hace en una inundación. Todos ellos suelen cumplir su misión con escasos medios, en terrenos amplios y lejanos, sin espejos de agua cercanos, con altas temperaturas y casi sin relevos. Toda una lucha. Todo un desafío.
También mi aplauso a los “Sargento Alberto Luffi” de la vida, que aparecen de la nada, para ayudar. Esos voluntarios, además de ser útiles en el momento justo, nos acarician el alma recordándonos que un mundo mejor es posible. Según el CONICET, lamentablemente el cambio climático con sus gases de efecto invernadero potenciarán las condiciones para que en las próximas décadas los incendios en la Patagonia se dupliquen y más tarde se tripliquen. Entonces hay que intensificar la educación general y accionar contra los factores que los desencadenan.
Hoy hay incendios aquí cerca, en el PN “Los Alerces” (Chubut) y en el PN “Nahuel Huapi”, (Río Negro), y en el PN “Los Glaciares” (Sta Cruz), mochileros que disfrutan de solitarios y silenciosos senderos montañosos alejados de la civilización, durante la noche prenden una fogata para divertirse, según un video que ellos han viralizado, y que preocupa a todos. “El sur no queda tan lejos”, es el nombre de un programa radial de uno de mis hermanos, que desde Río Mayo, y desde hacen muchos años, sigue sembrando valores y generando amor por la Patagonia, a veces desolada, ventosa, fría, carente de comodidades, lejana y olvidada, pero a la vez, bella, misteriosa, mística, querible y única que, no sabemos porque misterio, de a poco se va alojando en nuestros corazones.
Volviendo a nuestra rutina, ya en febrero, empezamos a mirar la agenda, y en mi caso, voy palpitando los actos que tenemos previsto para homenajear a la Virgen Malvinera y a nuestros Héroes y Veteranos de la Gesta del Atlántico Sur, y que, con la ayuda de Dios, compartiremos con compatriotas que aman a la Patria y que no dejan de aplaudir a quienes todo lo dieron en la defensa de su soberanía y de su honor.
En paralelo, mi corazón de gendarme no olvida que en 2024 se cumplirán 60 años de la muerte en un enfrentamiento, del Cabo Juan Adolfo Romero de GN, un valiente que, formando parte de una aguerrida patrulla en los montes salteños, fue el primero en dar la vida en defensa de la Constitución y de nuestra Argentina cuando la subversión comenzaba a soñar con implantar sus ideales en esta tierra libre y hermosa.
Mientras hablo de actos futuros, “GENDAS” (Damas de GN), integrada por VOLUNTARIAS, sigue trabajando sin detenerse, en silencio, ayudando a los Gendarmes y sus familias que pasan por situaciones de salud muy difíciles. Dios las ampare y las multiplique. Su obra ejemplar se cumple sin sueldos ni aportes del Estado. Desde hacen 40 años ellas son el instrumento que administra los muy pequeños pero significativos aportes de miles de gendarmes de todo el país, que entienden que la SOLIDARIDAD es un valor muy importante en nuestras vidas.
Finalmente, les comparto algunas imágenes del trabajo para ayudar a apagar los incendios en Carrenleufú, hacen ya muchos años, cuando, siendo jóvenes, nos tocó esa particular misión.
Un placer retomar este contacto con Uds.
¡Un abrazo para todos!
Jorge Atilio Oliva Barros
Comandante Principal (R)
Secretario General de la
“Comisión Permanente de Homenaje
a la Gesta del Atlántico Sur”.
Socio Fundador del
“Foro Argentino de Defensa” (FAD).
Integrante de la Asociación
Cultural Sanmartiniana “Cruz del Sur”.
Traslado de equipos y personal a la zona de los incendios en camión Unimog 4 x 4.
Traslado de herramientas manuales al sector de los incendios por parte de gendarmes y civiles. En primer plano el siempre voluntarioso y ejemplar gendarme Carmelo Viera.
Traslado de camas y otros elementos de los puesteros rurales a zonas seguras.
Avión hidrante arrojando un viaje de 5.000 litros de agua sobre el fuego, en zonas altas de la montaña.
Vista parcial de medios y personal de apoyo a los brigadistas en cercanías del incendio.
Vista parcial de la situación desde el helicóptero de GN.
Las comunicaciones son esenciales. En la imagen el entonces Alférez Vicente Fulco busca las frecuencias para que yo actualice la situación al Escuadrón 36 “Esquel”.
Algunos gendarmes e integrantes de Defensa Civil de Santa Cruz.