Gendarmes rescataron a cuatro sanjuaninos varados a 4.000 metros de altura
Un desperfecto en el auto los dejó detenidos entre las aduanas de Chile y Argentina, en medio de un temporal de viento y nieve. La historia tuvo un final feliz.
El relato de lo vivido lo hizo viral a través de Facebook la propia damnificada, Cecilia Lahoz, a la vez que agradeció a los gendarmes argentinos que cruzaron hacia el lado chileno en medio de la noche y con temperaturas bajo cero para rescatar a los cuatro integrantes que permanecían desde hacía varias horas en el automóvil.
Todo sucedió el pasado 10 de enero cuando los sanjuaninos emprendían su viaje de regreso hacia la provincia desde el otro lado de la cordillera. “Pasamos a las 17 horas haciendo aduana chilena siendo el último auto en salir del país, delante nuestro venía una Toyota Hilux. Éramos los dos últimos vehículos en camino a San Juan a 4.000 metros de altura y todavía del lado chileno, siendo las 19 horas el auto sufrió una falla mecánica y se apunó dejándonos totalmente varados”, relató la mujer.
Lahoz añadió que ante esto quisieron empujar el vehículo para poder hacerlo arrancar y continuar viaje, pero el esfuerzo fue inútil. “Decidimos no tocarlo más para no agotar batería. Pensando que pronto nos irían a buscar. Pasaron las horas, el frío aumentaba cada vez más. Empezó un temporal de viento sur y aguanieve. Eran cerca de las 23 horas y seguíamos encerrados en el auto, todos descompuestos con vómito, dolor de cabeza debido a la altura”, continúo.
“Según el sistema, el último vehículo que pasó por la aduana chilena fue la Hilux. Nosotros no figurábamos. Gracias a que siempre preguntan a los vehículos si viene alguien atrás, ahí el conductor de la Toyota dijo que venía nuestro auto. Con esa inquietud, Gendarmería llamó a los Carabineros para que chequearan bien y en un listado escrito a mano sí figurábamos, si no nadie se enteraba de nuestra existencia en la cordillera”, sigue Lahoz.
Finalmente, los gendarmes hallaron el automóvil a la 1 de la madrugada con 6 grados bajo cero y a 4.000 metros de altura en medio de un temporal de viento y nieve. “No sé si llegábamos a pasar la noche”, reflexiona Cecilia.