La Memoria Centenaria de un Gendarme
El Suboficial Mayor (Retirado) Tito Serrano tiene 100 años. Nació en Corrientes pero vive desde los 7 años en Posadas. Fue Gendarme y fundó el Círculo de Suboficiales de esa fuerza en la capital misionera. Integró además la Comisión Directiva del hogar «Teresa de Calcuta». Hoy festeja su centenario rodeado del afecto de sus tres hijos, siete nietos y una bisnieta.
Memoria centenaria
“Ahora ya no puedo bailar porque la rodilla se me afloja. Pero son 100 años vividos, ¿sabés lo que es eso?”, cuenta e interroga don Tito Serrano, que hoy festeja su centenario lleno de vitalidad.
Aunque tenga que ayudarse con un bastón o un andador para dar pasos seguros, don Tito -que no es su apodo, sino su nombre tal y como figura en su documento-, tiene una salud privilegiada y su memoria, pese a que le juega alguna que otra mala pasada, también se mantiene fuerte.
Don Serrano nació el 4 de enero de 1918 en el paraje Caa Caraí -“en Corrientes, bien cerca de Ituzaingó”, agrega-, hijo del peón de campo Abelino Rojas e Hilaria Serrano; tuvo una hermana, Crescencia, que falleció en 1995. A los siete años llegó a Posadas con su familia y cursó la primaria en la Escuela Provincial 5 y en la Escuela 43.
“Cuando era chico andaba a caballo, me gustaba mucho andar a caballo, me acuerdo que salía a buscar a las lecheras porque no había otro transporte”, rememora Tito, que entró a Gendarmería Nacional gracias a su perfecto manejo de la dactilografía. “Escribía muy bien y rápido con los diez dedos. Había una academia con varias máquinas en una esquina de Villa Urquiza. Empecé a los 17 años, de a poco con los dos dedos hasta llegar a los diez», confiesa.
El primer destino donde prestó servicio fue La Quiaca, en Jujuy, momento de su vida que está retratado en un cuadro en blanco y negro que cada tanto observa y es motivo del inicio de las anécdotas que cuenta a sus hijos. También estuvo prestando servicios en Esquel, Chubut, así como en El Soberbio. Se retiró de Gendarmería en 1974 con el grado de suboficial mayor. Fue el fundador y primer presidente del Círculo de Suboficiales de Gendarmería, cuyo salón principal lleva su nombre. Luego volvió a presidirlo a su regreso de Esquel desde 1974 hasta 1988. “Él nunca se dejó estar después de jubilado, siempre fue muy activo. Formó parte de la comisión directiva del hogar de tránsito Madre Teresa de Calcuta, hasta el 95”, destacó Carmen (66), una de sus hijas.
Don Tito se casó con Natividad Verón (falleció en 2006, a los 81 años), a la que conoció en la parroquia Inmaculada del barrio Villa Urquiza, donde ambos formaban parte del grupo juvenil de Acción Católica. Tuvieron tres hijos, Carmen (66), Luis (61) y Teresa (58) que le dieron siete nietos; además tiene una bisnieta.
“Papá vivía en el barrio Tacurú y desde ahí se venía caminando hasta la parroquia, él decía que era la Virgencita que le ayudaba a llegar”, cuenta Teresa. Así, fiel a su Virgen de Itatí, a la que le hizo un altar frente a su casa, se mantuvo siempre. Fue en varias oportunidades -de chico- junto a su mamá a la localidad correntina homónima a venerarla y reza todas las tardes el Rosario que pasan por radio Tupá Mbaé. Ya una tradición suya es no dejar de darle la bendición a sus hijos cuando llegan y cuando se van. “Que Dios te bendiga y la Virgen te proteja”, dice Tito tomando la mano de sus hijos.
Siempre el asado
Sus hijos lo definen como un hombre de carácter fuerte pero pese a ello los pocos amigos que tuvo le profesaban un gran cariño, al igual que sus camaradas. “En esa época no había tantos vicios, no éramos borrachines”, dijo sobre su forma de divertirse. Asimismo, dicen que era enamoradizo, afirmación que responde con un «no me acuerdo», acompañado de una risa pícara, para tomarles el pelo. La Posadas que Tito conoció es muy distinta a la que ven sus hijos y nietos en la actualidad. Calles de tierra, modelos de automóviles antiguos, ausencia de edificios, entre otros tantos. Y compara también su niñez montando a caballo, paseando en sulky con su mamá, jugando con la tierra con este tiempo donde internet está en el centro de la escena.
Cuál es el secreto para llegar a los 100 años, se preguntarán muchos; él responde escuetamente: “Sería una gracia de Dios. Me cuido con la comida, no como de a montones; y mate cocido con pan en el desayuno”. Eso sí, hay algo que es sagrado y no puede faltar: el asado de los domingos, con mandioca y vino tinto. “Yo ya no exijo nada, no pido más años. Todo es si Dios quiere, por la buena voluntad de Dios y de la Virgen”, asegura don Tito, que a sus 100 años -que cumple hoy- se sigue bañando y afeitando solo, lustrando sus zapatos y arreglando la cama cada vez que se levanta. Como forma de festejar y honrar la vida, Tito será agasajado por su familia y amigos con un gran almuerzo que se hará en el Círculo de Suboficiales de Gendarmería este domingo y una misa que se realizará el sábado en la Parroquia Inmaculada Concepción.
FUENTE: Diario “El Territorio” (Misiones)