Transformaciones en Defensa y Seguridad en la Argentina
A la incertidumbre política, a la complejidad económica y a la conflictiva situación social que vive el país se suman las versiones sobre la participación, previa adaptación de la normativa vigente, de las Fuerzas Armadas en misiones de seguridad interior, para fortalecer el control estatal contra la delincuencia transnacional. También la reasignación de funciones a las fuerzas de seguridad para mejorar la performance en la seguridad ciudadana.
El presidente de la Nación clarificó esta intención al declarar el pasado 29 de mayo, en ocasión de conmemorarse el Día del Ejército Argentino: “Se necesitan Fuerzas Armadas que brinden apoyo logístico a las fuerzas de seguridad…” para enfrentar los grandes desafíos y las amenazas en materia de seguridad interior.
Trascendió que al aludido apoyo logístico –para el cual debería mejorarse de manera ostensible el equipamiento y material de Defensa– se podría agregar la hipótesis de afectación de militares a la seguridad fronteriza para liberar a efectivos de Gendarmería Nacional y Prefectura Naval hacia los dispositivos de seguridad ciudadana de los grandes centros urbanos del país.
El concepto de “apoyo logístico” se refiere a brindar transporte, recursos y suministros técnicos específicos.
Entonces, de lo expuesto por el presidente de la Nación y otros funcionarios del Ejecutivo Nacional puede entenderse que las Fuerzas Armadas estarían fuera del enfrentamiento directo con las organizaciones delictivas.
Lo que aún no se aclaró es la modalidad de afectación de estas a la seguridad fronteriza, en el sentido de si será una afectación parcial como apoyo o asunción total de las funciones que demanda la seguridad en las fronteras del país.
Lo vital es no equivocarse en cómo se llevan a los hechos estas intenciones. Al respecto, existe la experiencia reciente del Operativo Escudo Norte, cuando entre 2011 y 2015 se pretendió articular los esfuerzos de Defensa y Seguridad en pos de un mejor control aéreo que permitiera elevar los resultados en la neutralización de los transportes aéreos irregulares (TAI) que introducían importantes cargamentos de drogas al territorio nacional.
Ese operativo no alcanzó las metas deseadas, por la falta y obsolescencia de los medios técnicos indispensables (radares y aeronaves), por la debilidad normativa que regulaba la presencia de los militares en el ámbito de la seguridad interior y por la falta de adaptación de estos al servicio policial, que requiere que este esfuerzo sea permanente y dinámico, lo que se opone a la gestión burocrática.
Todos los resultados operativos fueron alcanzados con base en la técnica policial de las fuerzas de seguridad. No obstante, el operativo dejó una rica experiencia de trabajo conjunto y bases para partir hacia un proyecto superador.
La participación de las Fuerzas Armadas en otros escenarios les exigirá –además de la adecuación normativa y reglamentaria– un cambio en la dinámica del pensamiento estratégico y táctico, puesto que la lucha contra el delito de característica transnacional no es estática y requiere atención constante y actividad permanente.
Se abrió el debate social para aprobar o desaprobar esta intención gubernamental, y queda claro que es tiempo de darles nuevos roles a los uniformados del ámbito de Defensa, de manera tal que las instituciones de ese sector justifiquen su existencia. Ello sin desconocer que deberán adecuar sus organizaciones y capacidades, incorporando los avances tecnológicos necesarios para alcanzar la transformación deseada.
En este sentido, la experiencia indica que existen diferencias notorias entre las fuerzas para adaptarse con mayor rapidez y las posibilidades de éxitos a proyectos como el que se quiere impulsar.
El desafío radica en potenciar sus actuales capacidades, sin caer en el facilismo de otorgarles nuevas funciones para las cuales no están preparadas, y que las experiencias de otros países con situaciones similares demostraron que no dieron resultado. Por el contrario, profundizaron la corrupción y el descontrol de la problemática de los delitos transnacionales.
Por Jorge Javier Cabral – Comandante general retirado de Gendarmería Nacional