ATENTADO EN EL SINAÍ: violenta respuesta de Egipto
La reacción de Egipto fue inmediata, tras el brutal atentado que ocasionó más de 300 muertos en un atentado terrorista contra una mezquita ubicada al Norte del Sinaí. Cabe agregar que los atacantes colocaron artefactos explosivos de fabricación casera alrededor de un templo y los detonaron cuando los fieles salían del rezo del día viernes 24 de noviembre, en el Norte de Sinaí. En el peor atentado de la historia moderna en Egipto, los terroristas dispararon a los que intentaban huir, aumentando la cantidad de muertos y heridos.
Las Fuerzas Armadas egipcias bombardearon el viernes posiciones de grupos terroristas que supuestamente estuvieron involucrados en el atentado que dejó más de 300 muertos en Sinaí. El presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, prometió que el Ejército y la Policía «se vengarán» por las víctimas del peor ataque terrorista perpetrado en la historia reciente de Egipto, que ha dejado más de 300 muertos, entre ellos 27 niños. «Vamos a responder a este acto con una fuerza brutal», aseguró el mandatario en una alocución transmitida por la televisión oficial egipcia.
La respuesta llegó horas más tarde. Las Fuerzas Armadas egipcias bombardearon posiciones terroristas y destruyeron «un número de vehículos utilizados en el ataque terrorista» en la mezquita. Los ataques se produjeron en zonas montañosas que rodean a la mezquita en la que se produjo el atentado, en el Norte de Sinaí. «Como parte de la persecución de los elementos terroristas responsables de atacar a los fieles de la mezquita Al Rauda (…) la aviación ha tenido como objetivo elementos terroristas (…) y destruido un número de vehículos que perpetraron el ataque terrorista y mataron a aquellos que iban en su interior», señaló en un comunicado el portavoz de las Fuerzas Armadas, Tamer al Rifai. El saldo preliminar es de al menos a 15 combatientes implicados en la matanza, según ha informaron fuentes de seguridad. Los bombardeos fueron efectuados contra dos camionetas todoterreno que circulaban por un área desértica.
El atentado tuvo lugar en el templo Al Rauda, frecuentado por los sufíes -una rama del islam- en la localidad de Bear al Abd, al oeste de Al Arish, la capital del norte del Sinaí egipcio. «Egipto afronta el terrorismo solo, en nombre de la región y de todo el mundo», afirmó en árabe clásico Al Sisi, quien añadió que «este es un intento para frenar nuestros esfuerzos de la lucha antiterrorista». Asimismo, pronunció una frase en dialecto egipcio: «Veremos a ver a quién ayuda Dios, porque Dios ayuda a la gente buena y no a la gente malvada», y arguyó que, pese a este ataque, «seguiremos resistiendo».
Uno de los efectos colaterales del atentado en el Sinaí ha sido la suspensión de la esperada apertura temporal de la frontera de ese país con Gaza, que anhelaban miles de personas. El director de la Autoridad de Cruces y Fronteras de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Gaza, Nazmi Muhana, señaló a Efe que las autoridades egipcias les han comunicado que la apertura del paso de Rafah se ha pospuesto a causa del ataque de ayer.
Estaba previsto que el cruce -única salida de Gaza que no está controlada por Israel y que Egipto abre solo de manera excepcional- abriera hoy durante tres días consecutivos, un hecho muy esperado por alrededor de 30.000 gazatíes que están inscritos en lista de espera para salir del territorio, sometido a un férreo bloqueo por Israel desde hace una década.
El presidente palestino, Mahmud Abás, condenó «con firmeza» el atentado y expresó su deseo de que los crímenes «no socaven la voluntad de Egipto en su guerra contra el terrorismo». La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), mostró también su «conmoción» ante el «brutal asesinato», y rechazó todos los «actos de terrorismo, violencia sin sentido y abuso de la religión».
El movimiento islamista Hamás también se sumó a las condenas y reprobó «en los términos más enérgicos» el suceso. «Atacar los lugares de rezo es una violación flagrante de todas las legislaciones religiosas y una provocación para los musulmanes de todo el mundo, ya que las mezquitas se consideran lugares sagrados y seguros para los creyentes», dijo desde Gaza. El acuerdo de reconciliación política el pasado octubre entre Hamás y el nacionalista Al Fatah, en el que media el Cairo, y la recuperación gradual del control de Gaza por parte de la ANP había alimentado las esperanzas de que la frontera de Rafah se pueda abrir de forma permanente. Recientemente abrió durante tres días, en los que cientos de gazatíes se agolparon en el paso, para muchos única salida de un territorio empobrecido y superpoblado, y hoy se esperaba esta segunda apertura que finalmente ha sido retrasada.
FUENTE: Diario “Infobae” con información de EFE