EN PRIMERA PERSONA: Reflexiones del Suboficial Mayor (R) Eduardo M. González, Vicepresidente de AMUGENAL
A veces nos olvidamos que no hace mucho tiempo, a mediados de la década del noventa, la Sede Central de AMUGENAL era un edificio deteriorado, que se alquilaba al Consejo de Guerra del Ejército. El panorama en las filiales no era mucho mejor, apenas un puñado, desperdigadas en los puntos de mayor concentración, en edificios alquilados o cedidos por Gendarmería Nacional.
La mutual tenía relativamente pocos beneficios. El principal eran las Ayudas Económicas, a las que nuestro personal recurría, agobiado por la situación social. Los copagos que se ofrecían eran menores. No se tenía real conciencia del potencial institucional.
A fin de los años 90, un grupo de oficiales y suboficiales de la fuerza decidimos agruparnos. Entendimos que la organización, y por sobre todo, la capacitación en mutualismo y cooperativismo podrían cambiar radicalmente el panorama de nuestra mutual.
Nos enfocamos en la renovación de la modalidad de gestión de la mutual, la competencia de cada director en áreas específicas y por consiguiente en los recursos humanos que le dependerían. A su vez, nos planteamos la creación de un sistema informático propio, que nos diera seguridad y agilidad en la gestión.
Al mismo tiempo, el país vivía una crisis económica que desembocaría en diciembre del 2001, previo paso por el corralito y el corralón. No es necesario ahondar en ello, todos los recordamos. Y es necesario mencionar también que la conducción de la mutual en ese tiempo, ya formaba parte de este proyecto de crecimiento, y gracias a ello, decidió lúcidamente apostar por los ladrillos, por las sedes propias y la consolidación del patrimonio.
Gracias a esta forma de pensar la mutual, a partir del año 2000, cuando nos hicimos cargo, pudimos empezar a construir la institución que soñábamos, sumándonos al impulso dado por el Consejo Directivo encabezado por el Comandante General (R) Juan Ramón Rivera, quien inauguró la Sede Central de la calle Bartolomé Mitre en el año 1996, y programó un ambicioso plan de expansión edilicia.
En solo unos años, pasamos de no tener Sede Central a este edificio hoy valuado en 71 millones de pesos. Pasamos de no tener filiales propias, a comprar los edificios en Mendoza, Jesús María, Formosa, Neuquén, Posadas, Salta, Corrientes, Rosario, San Juan, Esquel, Resistencia, Córdoba, Jujuy, Clorinda, Bariloche, Orán, Catamarca, Oberá, Pirané e Iguazú. Todos estos edificios hoy suman una valuación de 229 millones de pesos.
Además, inauguramos filiales en todo el país, llegando a un total de 49. Hicimos realidad uno de nuestros objetivos organizacionales “Llevar la mutual allí donde esté el Gendarme”. Crecimos y nos consolidamos. Pudimos abrir nuestro hotel en Iguazú, y un alojamiento estudiantil en Jesús María, que se suman a nuestra Residencia en Copahue.
En el año 2012 decidimos desarmar una estructura que nos estaba costando mucho dinero y nos frenaba. Desarticulamos las gerencias y los directores tomamos pleno control de nuestras áreas y departamentos. Somos responsables y por ende respondemos por nuestras acciones. Es entonces válido que, además, las gestionemos plenamente.
De esta decisión surgió el crecimiento en beneficios más importante de la historia de nuestra mutual. Sumamos las coberturas por gastos de medicamentos, el servicio de emergencias médicas y los reintegros por gastos de óptica. Revitalizamos y simplificamos el trámite por evacuaciones y al mismo tiempo instauramos la entrega de útiles escolares. Además, pudimos fijar el pago de haberes para el último día hábil de cada mes para todos los Retirados y Pensionadas que cobran por la mutual. Todo esto, y mucho más que no estoy mencionando, lo hicimos al mismo tiempo que compramos edificios, inauguramos filiales y hoteles y generamos excedentes récord en la mutual.
Pasamos de un superávit de 2 millones de pesos al principio del siglo, a 14 millones en 2014, 22 millones en 2015, 16 millones en 2016, 58 millones en 2017 y 50 millones a mayo de 2018. Al mismo tiempo, nuestro patrimonio neto al cierre del último ejercicio, supera los 400 millones de pesos.
Como podrán apreciar, muchos fueron los logros obtenidos en todos estos años, gracias al acompañamiento de los Señores Asociados y también al plantel del personal, sin distinción de jerarquías que trabaja cotidianamente para el engrandecimiento de nuestra institución mutual.
Es importante mencionar que después de 60 años de vida institucional, con la inserción de la figura del Vicepresidente a través de la Asamblea de Asociados, se logró un justo equilibrio en la conducción de nuestra mutual, como así también la rápida adaptación ante los cambios organizacionales que se generan permanentemente.
Hemos logrado la mayor celeridad, desburocratización y mejora continua en la calidad de los servicios y beneficios que reciben nuestros Asociados. Todos estos logros pudieron ser materializados con una visión clara de continuidad por el camino que se trazó tiempo atrás y que fue continuado por las gestiones sucesoras.
FUENTE: Revista AMUGENAL Nº4 – Diciembre de 2018