Gendarmería Nacional Argentina en las Misiones de Paz de la ONU: Un origen épico
Desde el año 1991, la Gendarmería Nacional Argentina tiene una activa participación en las Misiones de Paz de las Naciones Unidas, que son implementadas por ese organismo para restablecer la paz en zonas de conflicto. Al recibir la propuesta a mediados del año 1991, se aceptó el desafío con muchas expectativas y desconocimiento, en especial porque nunca antes se había participado en actividades conjuntas con otras fuerzas del mundo en contextos de conflictos y situaciones reales de guerra o post guerra.
El impulso y la concreción de la gestión para que se concretara, tuvo muchos protagonistas. Entre ellos se destacan funcionarios políticos y civiles, miembros de la misma Gendarmería Nacional Argentina y de las Fuerzas Armadas que ya tenían experiencias como Observadores Militares de las Naciones Unidas, integrantes del Servicio Exterior de la Nación y civiles varios, quienes directa o indirectamente tuvieron alguna valiosa intervención para que esta actividad se concrete con el éxito que se realiza en la actualidad.
Algunos de sus nombres no serán mencionados, pero están presentes en el recuerdo y el agradecimiento de cada uno de los más de 3.200 Cascos Azules de la Gendarmería Nacional Argentina que desde el año 1991, participaron en distintas Misiones de Paz en los cinco continentes del mundo.
Quiénes eran las autoridades políticas del momento
El Presidente de la Nación era Carlos Saúl Menem (1989-1999), que implementó un proceso de cambio en las políticas de gobierno nacionales e internacionales, que lo mantuvo en la cima del poder durante diez años. Con la implementación y consolidación de las reformas estructurales de mercado y con un riguroso armado de una nueva coalición, se instaló la idea de que se abría una nueva etapa en la Argentina, generada por una estrategia reformista de gobierno que se extendía a nivel internacional.
Desde su gestión, entre los años 1991 y 1992 se impulsó la participación de la República Argentina en las Misiones de Paz de la ONU, pasando a formar parte de la política exterior de la Nación. A la distancia, muchos críticos aseguran que junto a la creación de la Organización “Cascos Blancos”, el objetivo perseguido era lograr el Premio Nobel de la Paz. El Canciller era Guido Di Tella, secundado por Fernando Petrella como Subsecretario de Relaciones Exteriores.
A su vez, el titular del Ministerio de Defensa era Erman González, quien en el año 1993 fue reemplazado por Oscar Camilión. El nuevo ministro era un diplomático con una fluida experiencia de trabajo con las Naciones Unidas, ya que había sido Representante del Secretario General de la ONU en Chipre, que mediaba entre turcos y griegos. Por su parte, las autoridades de la Gendarmería Nacional Argentina eran el Comandante General Adalino Adolfo Barberis como Director Nacional y el Comandante General Jorge Suerz como Subdirector Nacional. Ambos habían asumido en el mes de julio del año 1989 y permanecieron en sus cargos hasta enero de 1992, fecha en que asumió el Comandante General Suerz como Director Nacional y el Comandante General Timar Musumeci como Subdirector, respectivamente.
Un equipo de trabajo que quedó en la historia
Durante la gestión del Comandante General Adalino Adolfo Barberis como Director Nacional y del Comandante General Jorge Suerz como Subdirector Nacional, se conformó un sólido equipo de trabajo que coadyuvó al fortalecimiento de la Fuerza en el ámbito interno y externo. En el tema específico de las Misiones de Paz, debe destacarse las acciones llevadas adelante desde la Dirección de Operaciones a cargo del Comandante General Enrique Horacio Mariño, del Subdirector de Planes de la Dirección de Operaciones, Comandante Mayor Vicente Nazar, del Comandante Julio César Oegg en el área de las Misiones Internacionales y del Comandante Aurelio Ramón Ferreiro, quien sería el primer Oficial Jefe que participara de una Misión de Paz. Cabe agregar que los requerimientos sobre las funciones a desarrollar eran trasladados a la Fuerza tal como los recibían, en idioma Inglés y para ello fue necesario la traducción de los mismos previo a su análisis.
Desde el Gabinete del Director Nacional y de la Subdirección de Relaciones Institucionales a cargo del Comandante Mayor Ricardo José Spadaro, desde donde se impulsó la gestión y se designó al Comandante Mayor Roberto Salvador Martínez como Oficial de Enlace ante la Cancillería. Su gran iniciativa impulsó la participación de la Fuerza en las Misiones de Paz, la Seguridad de las Delegaciones Diplomáticas en aquellos países con altos niveles de conflictos y la creación de las Agregadurías, funciones que continúan hasta la fecha y representan un alto interés para las relaciones de seguridad internacionales del país.
Las gestiones se extendieron hacia la Oficina de las Naciones Unidas en la República Argentina, con sede en Buenos Aires. Desde ese organismo, se destaca el apoyo dado a la Fuerza por parte de la funcionaria diplomática Jeannette Sperling Everett, a quien bien podría considerarse la “madrina” de los Cascos Azules gendarmes.
A mediados del año 1991, la Cancillería argentina recibió el requerimiento oficial de las Naciones Unidas para que el país participara de las Misiones de Paz como “Observadores Policiales” en dos misiones específicas: UNAVEN II en Angola y MINURSO en el Sahara Ocidental. El pedido estaba orientado a una fuerza de características policiales, con capacidad operativa para desempeñarse en un ambiente “semidesértico”. La elección recayó en la Gendarmería Nacional Argentina gracias al prestigio de su trayectoria y porque no decirlo, a la excelente gestión de un grupo de Gendarmes y civiles que, con una gran visión estratégica institucional llevaron a la Fuerza a todos los confines del mundo.
UNAVEN II, la primera Misión de Paz con presencia de Gendarmes argentinos
A principios del año 1991, la Cancillería argentina recibió los primeros requerimientos para que personal de las fuerzas de seguridad con capacidad para cumplir funciones policiales como Observadores Policiales. Dado que el tema de las Misiones de Paz, de las que participaban miembros de las Fuerzas Armadas como Observadores Militares, las manejaba el Ministerio de Defensa, se trasladó el pedido a esa área del gobierno. Desde el mismo se ordenó a la Gendarmería Nacional Argentina que personal de la Fuerza fuera comisionado al continente africano, puntualmente al Sahara Occidental y a la República Popular de Angola para desempeñar funciones en el marco de las Naciones Unidas.
Cabe agregar que, en el caso de Angola, a fines del mes de julio de 1991 hubo un pedido de nueve (9) Suboficiales y un (1) Oficial Jefe, que debía desempeñarse como integrante del Estado Mayor Regional en Saurimo (Provincia de Lunda Sul). El designado para cumplir esta función fue el entonces Comandante Aurelio Ramón Ferreiro (actual Cte Grl retirado). En el caso del Sahara Occidental, se había creado MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental), pero la situación política en aquel territorio en un duro conflicto independencista liderado por el Frente Polisario, llevó a sucesivas postergaciones y no se concretó el envío del personal de Gendarmería.
“Durante agosto tomé contacto con el personal de Suboficiales designados, para ir evacuando algunas dudas y necesidades”, comenta hoy el Comandante General ® Ferreiro. “Los interrogantes eran muchos y las respuestas pocas, particularmente en Gendarmería, donde no había ninguna experiencia al respecto. Ello encaminé mis pasos al viejo edificio de la Cancillería, donde tampoco encontré respuestas. Salvo los dichos de un funcionario de tercer nivel, quien me manifestó que habían recibido un requerimiento de Naciones Unidas para enviar un grupo de “policías”. Como las Misiones de Paz las manejaba el Ministerio de Defensa, se dio traslado del requerimiento a dicho Ministerio y esa fue la próxima etapa de mi peregrinar”, recuerda.
Las gestiones continuaron en el Ministerio de Defensa. “En ese organismo obtuve un listado de Oficiales de las Fuerzas Armadas que habían participado de UNAVEM I, la Misión de ONU que supervisó la evacuación de las tropas cubanas de territorio angolano. Uno de ellos perteneciente a la Marina, estaba revistando en el Edificio “Libertad”, sede del Estado Mayor de la Armada y con él me entrevisté. Este oficial, casi nada me pudo decir de las actividades a desarrollar, porque nosotros nos íbamos a incorporar a una nueva Misión (UNAVEM II) de la que desconocía cuales eran los requerimientos para los Observadores Policiales”, recuerda.
Sin embargo, la información obtenida fue muy útil para conocer la situación socio-política y la sanitaria, en especial por la gran cantidad de enfermedades transmisibles por vectores. “Debo destacar el apoyo que nos brindó el entonces Comandante Principal (Vet) Horacio Simonetti, que hurgó en libros de medicina para conocer a fondo los vectores causantes de estas zoonosis, dándonos a posterior una charla y consejos a tener en cuenta para la preservación de la salud”, afirma el Comandante General ® Ferreiro.
A raíz de esa situación, se estableció la necesidad de vacunarlos en prevención de todas aquellas enfermedades, como también llevar algunos medicamentos, pastillas potabilizadoras de agua, desinfectantes, etc. Cabe agregar que algunas vacunas no existían en la Argentina, por corresponder a enfermedades desconocidas en el país. Para ello, se debió recurrir a un laboratorio francés especializado en enfermedades tropicales, que tenía desarrollado vacunas y medicamentos para enfermedades tropicales.
La salida de los primeros Gendarmes
La difícil situación política que se vivía en Angola, motivó que el Ministerio de Relaciones Exteriores extendiera pasaportes diplomáticos, en vez de otorgar los pasaportes oficiales que normalmente eran usados en casos similares. Por otra parte, el personal seleccionado era antiguo y se priorizaba la experiencia en la zona,
A fines del mes de agosto del 1991, vino el requerimiento para que se adelantaran tres (3) hombres, haciéndolo el Suboficial Principal Víctor Miguel Pepe (Veterano de la Guerra de Malvinas) y los Sargentos Primeros José María Cornejo y Orlando Sánchez, quienes partieron desde Ezeiza con destino a Luanda (Angola), vía Lisboa (Portugal).
El 01 de octubre de 1991 viajaron los siete (7) integrantes del Contingente. Estaba compuesto por el entonces Comandante Aurelio Ramón Ferreiro, los Sargentos Ayudantes Marcelo Omar Godoy, Miguel Ángel Krombauer y Héctor Ricardo Molina y los Sargentos Primeros Eduardo Primitivo Caballero, Raúl Moreira y Aldo Rubén Pedrozo.
La experiencia en el terreno fue muy dura. UNAVEM II recién se estaba organizando y todo era precario, durmiendo en carpas. “Fuimos uno de los primeros Contingentes en llegar y el resto lo hizo en los meses siguientes. Una sola vez fui a Saurimo y nunca asumí como integrante del Estado Mayor Regional en Lunda Sul”, recuerda hoy el Comandante General ® Ferreiro. “En razón que la cambiante situación política angolana hubo un replanteo del despliegue policial. La estructura para los Observadores Policiales se fue creando apoyada en los Observadores Militares y quedaron unificadas bajo una misma conducción militar”, agrega.
Cabe agregar que principios de 1992, asumió como Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas la diplomática británica Margaret Anstee. El Comandante Ferreiro fue designado Oficial de Seguridad y se le dio un nuevo impulso a los “Equipos de Verificación” como actividad primordial de los Observadores Policiales que recorrían todo el país en vistas a las próximas elecciones, entre los que estaban los Gendarmes argentinos. La situación continuaba complicada, en especial porque había dos facciones armadas enfrentadas entre sí. En ese contexto, un helicóptero de las Naciones Unidas cayó a tierra resultando levemente herido el Sargento Primero Aldo Rubén Pedrozo. Por otra parte, el Sargento Ayudante Miguel Ángel Krombauer debió ser repatriado por prescripción de los médicos de la ONU, ya que contrajo malaria.
La experiencia recogida y su aplicación inmediata
La nueva misión asumida por la Gendarmería Nacional Argentina requería una formación específica para una mayor eficiencia. “En marzo de 1992 viajé por dos semanas a Buenos Aires y saludé al Director Nacional, Comandante General Jorge José Suerz”, destaca el Comandante General ® Ferreiro. “También me entrevisté (grabador de por medio) con el Subdirector Nacional de Gendarmería, Comandante General Timar Musumeci, ante quien expuse la necesidad de que el personal comisionado fuera capacitado en tres ejes básicos:
- Que escribiera y hablara fluidamente en idioma inglés;
- Que conociera los mínimos programas de informática para escribir e imprimir un documento en PC, ya que Naciones Unidas no tenía una sola máquina de escribir.
- Que manejara adecuadamente vehículos todo terreno.
Estas tres necesidades fueron el origen del Centro de Capacitación del Personal para Misiones al Exterior (CENPEREX), que fue creado el 26 de mayo de 1992. El 02 de octubre de 1992, luego de un año en Angola, regresé al país junto al resto del personal. Fui designado Jefe del CENPEREX (ODRDNG Nro 2242) y a fines de 1992, también el Suboficial Principal Victor Miguel Pepe también pasó a revistar en dicho Centro de Capacitación. Aquel primer Centro de Instrucción ocupó en Campo de Mayo, las viejas instalaciones donde había funcionado la Escuela de los Servicios para Apoyo de Gendarmería Nacional.
“Mi remplazo en Angola fue el entonces Comandante Julio César Perdaza, a quien conocí en el Aeropuerto de Luanda, ya que llegó junto al grupo que lo acompañó en el mismo avión en el que nosotros debíamos regresar a la Argentina”, destaca hoy el Comandante General ® Aurelio Ramón Ferreiro.
Reflexiones finales
El inicio de la participación de la Gendarmería Nacional Argentina, fue el producto del esfuerzo de muchas personas. Funcionarios políticos, civiles, docentes de todas las disciplinas y Gendarmes de todas las jerarquías pusieron su esfuerzo y entusiasmo para que este esfuerzo humano y profesional sea lo que es hoy. Aquel humilde Centro de Capacitación del Personal para Misiones al Exterior (CENPEREX) creció en base a las experiencias aplicadas por sus protagonistas y es hoy el moderno Centro de Capacitación para Operaciones Policiales de Paz (CENCAPOPAZ), un instituto de capacitación único en su tipo en Latinoamérica y destacado en el mundo entero.
Cabe agregar que esa actividad iniciada en agosto de 1991, continuó en marzo de 1992 con la participación de 29 Gendarmes en la ex Yugoslavia en la Misión UNPROFOR y continuó en otras misiones, alcanzando hasta la actualidad una cantidad estimada de 3.200 Gendarmes en los cinco continentes. Detrás quedaron muchas historias, algunas de ellas relacionadas a celos profesionales, improvisaciones y desprolijidades en el pago de los viáticos que les correspondían a los Gendarmes y del olvido de algunas personas, quienes fueron artífices indiscutibles para que esta épica tarea sea llevada a cabo.
Quienes realizan las tareas con convencimiento, no esperan nunca el reconocimiento. “Las grandes obras de las instituciones las sueñan los Santos locos, las realizan los luchadores natos, las aprovechan los felices cuerdos y las critican los inútiles crónicos» dice un proverbio japonés.
NOTA DE LA REDACCIÓN:
Desde nuestras páginas, agradecemos la colaboración de todos aquellos que aportaron material para esta resumida nota. Forma parte de un mayor volumen de aportes históricos referentes al inicio de participación de la Gendarmería Nacional Argentina en las Misiones de Paz. En el Año del 80° Aniversario de la Creación de nuestra Fuerza, aplaudimos la iniciativa de los Veteranos Cascos Azules quienes se reunirán en Villa Carlos Paz el día 24/26 de febrero, invitándolos a todos, sin distinción de jerarquías ®
Recuerdo que en el año 90 prestaba servicios en la Jefatura de Institutos y el entonces Cte Saller, también en Jefainst, gmail.com ya me hablaba sobre este tema, inclusive me contaba que había regresado del exterior y había generado un expediente proponiendo la participación de Gendarmería en misiones en el exterior.Nunca supe mas nada de él.