Emilio Amilcar Zampa, un ejemplo de vida

A raíz de sus lesiones, Zampa quedó en silla de ruedas, perdiendo la motricidad de sus dos piernas. Tras un largo tratamiento, recuperó su salud física y mental, pero quedó imposibilitado para caminar y moverse con independencia. No obstante, recuperó el orgullo de lucir su boina negra de «Movilero» y su uniforme de combate, ascendió en su jerarquía, tiene tres hijos en la Fuerza (dos Oficiales y un Gendarme) y siguió luchando. Practica y colaborara en la organización de eventos deportivos para personas en situación similares a la suya y participa activamente en charlas motivacionales y actividades destinadas a personas que, con situaciones de vida complicadas, pueden necesitar de su orientación para salir adelante.

Para conocer más sobre la vida de este gran Gendarme y luchador de la vida, lo entrevistamos y compartimos su experiencia con nuestros lectores.

Nací en Clorinda, provincia de Formosa. Mi infancia fue un poco movida, por los distintos destinos que a mi padre, que se retiró como Suboficial Principal de Gendarmería en Concordia, le dieron y los constantes cambios de escuelas donde tuve la dicha de conocer muchas personas pero no hacer amigos. Mi padre casi nunca estaba con nosotros, como Fiestas de Fin de Año, cumpleaños etc, etc. ¡¡¡¡Es sentir esa ausencia paterna!!!

Me incorporé a Gendarmería Nacional Argentina en Concordia, provincia de Entre Ríos, el día 1 de Octubre de 1989. Actualmente mi jerarquía es de Suboficial Principal en el 2do año. El próximo 1 de Octubre cumplo los 30 años de servicios simples.

No tuve destinos más destinos que el Destacamento Móvil 2 “Rosario”, con asiento en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Participé en Misiones de Paz en Bosnia y Herzegovina durante el 2000 y realicé un Curso en la Guardia Civil de España en el año 2003.

Lo que recuerdo de ese fatídico día, es que un camarada me pregunta si yo podía salir solo. Le respondí que me dejara descansar un momento, que ya salía a colaborar con ellos. En ese momento vi que había hierros retorcidos, gritos de pedidos de auxilio, luces, etc. Era un caos. Más tarde, desperté y estaba tapado la cara, como si me hubieran dado por muerto!!!. Me despertaron los desgarradores gritos de un Gendarme, que había quedado atrapado por los amortiguadores del colectivo. En ese momento intento, decido ir en apoyo de ellos y es ahí donde sentí que no podía moverme. Me examino y encontré que mi mano derecha estaba muy mal, me faltaban pedazos de piel y no sentía mis piernas. ¡En ese momento es donde uno pone toda su fe en Dios!!! Recé y me dispuse a quedar en manos de él. Desperté en el hospital de Puerto Madryn sin poder ver, pero consiente de todo lo que me sucedía.

La reacciones; tardé como cinco días en ponerme en situación de todo lo sucedido. Vi las caras de mi hijo y de mi señora esposa, que junto a una vecina me fueron a ver. Pasado un par de días fueron mis camaradas de todo el despliegue. Vi muchas caras de profunda tristeza.

El proceso fue un poco duro pero pude lograrlo, con la contención de mi familia y todo el Destacamento Móvil 2, tanto de Gendarmes, Suboficiales y Oficiales.

Los aspectos POSITIVOS que rescato son la unión del personal. Se notó siempre la camaradería para ayudar y contener a familiares del personal accidentado. Los aspectos NEGATIVOS son que no estamos preparados para eventos de tal magnitud. Dios quiera que no haya más accidentes similares!!!

No tengo motivos en lo personal. Si podría ser que todos deberíamos hacer cursos de capacitación en rescate, como para estar preparados para estas cuestiones.

A mi criterio, hoy por hoy NO tengo medio de transporte para que me lleven a rehabilitación!!! Me llevan mis camaradas conductores que se preocupan por mí. La situación es que se tiran la pelotita de que una parte lo debe pagar Gendarmería, otra IOSFA, pero no debería ser así.

Hoy en día, voy a rehabilitación los días lunes, miércoles y jueves, de 08,00 hs a 10,00 hs. Desde allí voy al Destacamento y luego el personal de Tracción Mecánica me lleva hasta mi casa. Los días martes y jueves, entro al Destacamento a las 07,30 hs hasta las 13,30 hs aproximadamente. Los fines de semana los paso ejercitando ciclismo con el rolo de ejercitación y los domingos salimos con mi hija y mi señora a pedalear por las calles recreativas de Rosario.

¡No me gusta ser ejemplo de algo!!! ¡Considero que todas las personas tienen una fortaleza que no la conocen!!! ¡Les diría que ser una persona que no pelea por su bienestar, aleja a las personas que si desean ayudarlo!!!

Quiero agradecer a todas las personas, tanto civiles como de nuestra querida Institución, por todo el inmenso cariño y apoyo en todo que me dan!!!