HOMENAJES

Promoción de Oficiales de Gendarmería Nacional celebró el aniversario de egreso en el Valle de las Lágrimas

En octubre de 1972, un avión con rugbiers uruguayos se estrelló en la Cordillera de los Andes, donde 29 personas perdieron la vida y otras 16 dieron lugar a una de las más increíbles historias de supervivencia. Casi 50 años más tarde, un grupo de gendarmes retirados decidieron festejar sus 40 años de promoción visitando ese mismo lugar; emulando la camaradería y compañerismo que, entre otros factores, ayudaron a que estas personas sobrevivieran.

“Festejamos los 40 años de la promoción del ingreso a la fuerza de Gendarmería Nacional; nos incorporamos el 17 de febrero de 1962, cumplíamos los 40 años de ingreso a la institución y decidimos realizar el festejo siguiendo un poco las experiencias leídas y vistas por el equipo de rugbiers; siguiendo un parámetro en su lineamiento de vida que tuvieron allá para sobrevivir, decidimos hacer el festejo allá arriba, en el valle de las Lágrimas”, manifestó para Malargüe a Diario el comandante principal retirado Ricardo Carrizo.

Fueron 52 los integrantes de la promoción que llegaron a Malargüe el 14 de febrero, enamorados de una profesión de la cual no se jubilan, sino que se retiran, “por cuestiones de salud algunos no pudieron completar el segundo tramo, eso era sabido, nos acompañaron hasta la parte intermedia”.  Gendarmes retirados de todas partes del país se congregaron para celebrar tamaño aniversario: Formosa, Salta, Perito Moreno, Puerto Madryn, Misiones, Corrientes, Chaco; se agruparon en varios vehículos para poder hacer un viaje en común.

Según relató Carrizo desde su casa en Quilmes, provincia de Buenos Aires, esta promoción tuvo un doble festejo: el 17 en la montaña y el segundo, el 19 de febrero, en el Escuadrón de Gendarmería “mediante una ceremonia castrense en donde estuvieron todos los que no pudieron subir y los que llegaron posteriormente a esos días”.  El lunes 14 de febrero fue la fecha fijada para encontrarse en nuestro departamento, “salimos el 16, el 17 hicimos cumbre y bajamos el 18 por la tarde”.

Según el comandante principal retirado Carrizo, “para nosotros fue una experiencia única y significativa en muchos sentidos, más allá que nos congregaba una reunión de promoción de 40 años de amistad que tenemos, todos oriundos de distintos lugares; a partir del momento que nos conocimos, establecimos un vínculo bastante homogéneo como grupo; a partir de la fecha de salida de la parte activa de la Gendarmería que fue después de los 35 años, siempre seguimos ligados, incluso con aquellas personas o compañeros que, a través de su vida, fueron dejando la parte activa de la Gendarmería y dedicándose a otra cosa, ellos fueron uniéndose a nuestro grupo activo y formamos un solo vínculo de amistad y de compañerismo”.

Para poder revivir y recrear lo que fue su paso por Gendarmería Nacional, este grupo de hombres eligió este entorno natural, “formamos un grupo que se llama “la 40” y establecimos esta especie de festejo de los 40 años de “la 40” y decidimos hacerlo en el Valle de las Lágrimas con un sentido distinto; como volver a las bases, a lo que fuimos cuando éramos jóvenes y egresamos de Gendarmería, en 1984, poder recrear lo que era nuestra experiencia como la patrulla a caballo, dormir en el piso, comer un guiso de arroz con pollo, establecer esas cosas pasadas y vividas en la medida de las posibilidades de estar solos, unidos arriba de la montaña y poder vincular nuestro pasado profesional de 40 años de amistad en esa comunión; allí los corazones se abrieron, nos sinceramos en un montón de cosas, el espíritu de cuerpo se ha presentado; sin dejar de lado las personas que se nos fueron; tenemos 5 en la promoción que decimos que están de patrulla por el cielo y los recordamos con mucho cariño”.

Según relató Carrizo, una vez que llegaron al Valle de las Lágrimas, depositaron una ermita (pequeña capilla) que fue creada en Buenos Aires y una Virgen de Luján donada por un cura castrense, “llevamos el nombre y apellido de cada uno de los que no están grabados en un galón (el nombre que va en el pecho de cada integrante de esta fuerza) y los dejamos dentro de la ermita y quedaron allí en la montaña junto con la Virgen de Luján”.

Este grupo se reúne todos los años para seguir fortaleciendo sus lazos de amistad, siempre en una provincia diferente, “pero nunca lo hicimos de este modo, fue diferente por la forma y porque era el cumpleaños y había incomodidades que nosotros queríamos vivenciarlas nuevamente, estando en una situación de grado superlativo de amistad allá arriba que nos permitía lograr esta cohesión de grupo que logramos: emoción, recuerdo, cariño, amistad, lazos muy profundos”.

El comandante principal retirado Carrizo contó que el tiempo los acompañó desde un primer momento, “fue bárbaro, hacía calor y de momentos había viento, pero muy poco, las noches en la montaña son fabulosas, parece que el tiempo se detiene, no hace frío; vivenciamos dos noches hermosas, parecía que Diosito era Gendarme porque nos acompañó hasta con el tiempo”.

Por otro lado, Carrizo informó que el Intendente local recibió a este grupo para los saludos protocolares y, a través de la Dirección de Cultura, facilitó la presentación del grupo Malargüe Dúo para la noche de despedida.  “Hay que destacar también la participación del Escuadrón 29 Malargüe, a través de su jefe el comandante principal Eduardo César Ocampo, porque nos facilitó la ayuda logística para transportar nuestra carga y el servicio de sanidad, a través de su doctor y enfermera de montaña que nos acompañó; fue loable la labor que desarrolló la cabo primero Garrido”.

En un principio, habían organizado la expedición para realizarla caminando y a caballo pero, por una cuestión de tiempos, fueron a caballo y, algunos, volvieron haciendo trekking, “fuimos coordinados por el señor Fernando Passano, de Valle de Las Leñas”.

Por último, Carrizo agradeció a toda la gente de Malargüe y dejó un mensaje para todos los integrantes activos de la Gendarmería Nacional, “nos han tratado maravillosamente bien en todos los lugares donde estuvimos, se han comportado muy bien con nosotros; queremos que esta experiencia quede como un legado para las promociones más jóvenes de gendarmes, que vean que cuando se incorporan hay después una trayectoria de vida y hay un lazo más allá que nos lleva la carrera en sí como profesionales, nos lleva como grupo, como personas a conocernos y querernos como amigos”.

Fuente:  https://sintesismendoza.com.ar

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